19 de Febrero, un día muy esperado, después de unas largas semanas de preparación.
Comenzamos el día a las seis de la mañana, con una ducha y un buen desayuno.Salimos temprano dirección al estadio y encontramos un buen aparcamiento. Mientras, esperamos a nuestros compañeros Juan y Pepe, en cuanto aparecen nos echamos las primeras fotos y nos dirigimos al estadio.
Comenzamos a cambiarnos y nuestras caras reflejan la excitación y la alegría del momento.Una vez fuera, en el tartán, vemos las mismas caras en miles de personas esperando el pistoletazo.
Comienza el maratón y la locura se apodera del gentío, empiezas a sentir un cosquilleo en el estomago y te dejas llevar por la misma locura que invade el estadio.
Cruzamos la salida y nos despegamos de Juan y Pepe, comenzamos a marcar el ritmo, a 4:40 grabado a fuego en las piernas.
En cuanto podemos hacemos nuestra primera parada para evacuar líquidos y nos volvemos a encontrar a Juan y Pepe, nos saludamos, nos deseamos suerte y continuamos.
Al poco nos cruzamos con cabeza de carrera y vemos dos escapados a una velocidad de vértigo y nos quedamos asombrados al ver que ya le sacaban entre 1 y 2 minutos al grupo perseguidor.
Sobre el Km 5 comienzo a sentir un amago de flato, pero no le hago caso y desaparece pronto.
Van pasando rápidos pero lentamente los kilómetros, la falta de público a primera hora se deja notar.
Así llegamos a la media, en el tiempo previsto ( 01:40:40 ). Desde aquí, los kilómetros pasan más rápidos, el publico es más numeroso y no paran de animar a todos los atletas.
Sobre el Km 25 nos encontramos a una cara amiga, la sorpresa y la alegría que nos dio fue enorme al ver a Antonio Barrales.Nos saludó, deseo suerte y corrió unos metros a nuestro lado preguntando por Juan y Pepe.
Un poco más adelante en el Km 26, sentí un pequeño malestar de estomago que no llegó a mayores.
Y así continuamos y superamos el Km 30 a buen ritmo. Las piernas van solas y siempre que podemos cogemos un trozo de naranja, ya que notamos que nos sentaba muy bien.
La meta estaba cerca y seguíamos regulando el ritmo.
Llega el Km 34 y mi hermano comienza a tener molestias de flato,bajamos un poco el ritmo y aguanta de una manera envidiable.
Continuamos con el estadio ante nuestros ojos, cada vez más cerca y las lágrimas ya empezaban a llenarme los ojos.
En cuanto entramos al túnel la emoción nos invadió, al salir al tartán la alegría fue increíble.
Encaramos meta, nos cogimos de la mano y entramos juntos a ( 03:20:13 ) después de 42 kilómetros que nunca olvidaremos en nuestras vidas.
Solo nos queda felicitar a Juan y Pepe, dar las gracias a la familia por aguantar todas estas semanas de entrenos.
A nuestro amigo Armando porque sin el, no hubiéramos conseguido esta marca y a toda la gente que nos a dado buenos consejos y nos a animado y deseado buena suerte.
Y personalmente a mi hermano, por introducirme en este precioso y duro deporte.
Pronto estaremos con vosotros corriendo, como siempre.
Espero que os guste la crónica, para mi ha sido una gran experiencia.
